jueves, 2 de diciembre de 2010

EL DISCURSO TEORICO PRÁCTICO DE LA PEDAGOGIA.

Frecuentemente se ha dicho que la tarea de enseñante. De educador, consiste en tener una gran paciencia. Se desarrolla fuera del  tiempo, del mundo y de sus luchas. Sus resultados, por muchos que se puedan constatar, se aprecian a largo plazo y se valoran según criterios discutibles que a la vez  son testimonio de afectos con frecuencia paradójicos.  De manera patente o disimulada entran en juego tantos factores  políticos, ideológicos  y  pulsionales, que el debate pedagógico se puede utilizar para revelar la virulencia de los sistemas, los discursos o los comportamientos, hasta el punto de que el actor del drama educativo  sin saber a que santo encomendarse  podría resignarse a trabajar en la oscuridad renunciando a saber  qué es lo que hace y qué está en su poder hacer. Este nuevo interés esta relacionado  con la extensión del sistema educativo, especialmente  dirigido  a la educación de los adultos y a la formación profesional, la educación no podía escapar. Es mas: en la encrucijada de lo político y lo cultural, de las generaciones actuales y las futuras, de los logros del pasado y de los avances del futuro, la educación aparece como el punto de paso obligado de todo cambio, del mismo modo se pone al día su función de normas y reproductora  de desigualdades sociales.
Lo que supone el cambio de la educación, el cambio de la escuela, cambio de evolución nuevas tendencias, innovación son confundidas y globalmente valorizadas. Enseñantes, educadores formadores se cuestionan los fines y los medios de la acción educativa sino también los profesionales, en medio de la tormenta del  cambio, es el cuerpo social dentro de su conjunto el que requiere formación  educación y nuevas pedagogías.
A principios de siglo, Durkheim hizo notar que, frente a las transformaciones profundas de la sociedad industrial, la opinión pública se quedaba indecisa y ansiosa. Pero que según el es precisamente a la pedagogía a la que le corresponde  ser como indica  J.C. Filloux  “no el maestro de una institutriz sino  el agente de una conciencia sociológica  que dentro y para la institución pedagógica, posibilite en lo sucesivo que la sociedad se conozca a si misma, dejándole las bases reflexivas para su propio cambio.
Dentro del discurso ambiguo, nosotros como futuros docentes debemos saber que esta noción de teoría practica es ilustrativa y no es mas que el espacio donde se desarrolla el discurso pedagógico intermediario entre la practica y la ciencia, como lo situara Durkheim,  que deseaba  que la reflexión pedagógica para guiar la acción educativa, se apoyara sobre la ciencia de la educación. Pienso que la idea de una pedagógica  pedagogía científica o de una ciencia pedagógica es una idea ingenua y confusa, léase absurda, como la subraya Jaques Ardoino: “por lo tanto es perfectamente absurdo hablar como se hace ahora con frecuencia, de formación, de pedagogía o de educación científica”.
La paradoja es que los pedagogos científicos que desean arrancar la pedagogía del impresionismo y la ideología, se muestra muy poco riguroso dentro de este punto ya que es fundamental un ejemplo muy claro es de Gastón Mialaret: “se trata claramente en ello una pedagogía experimental de carácter científico que procede por la vía de la experimentación la relación objetiva entre los problemas de pedagogía y la enseñanza”.
La pedagogía incluida dentro del concepto de  psicopedagogía surge esta doble visión  donde la primera delimita el campo de estudio y las prácticas relacionadas con el enseñante la segunda visión propone observar, explicar las teorías y métodos de la psicología.
Dentro de la pedagogía a las ciencias de la educación existen dos cuestionamientos que surgen en relación con estas ciencias dela educación que conquistaron desde 1965  en Francia, y desde mucho antes en los Estados unidos  y en Canadá, la educación no puede designarse como objeto de una ciencia única. De todas maneras, aunque una  plurisdiciplinariedad  más o menos  amplia gobierne la enseñanza  de las ciencias de la educación. El conjunto pluridisciplinario de las ciencias de la educación  no es por lo tanto una maraña de saberes heterogéneos sin relación entre si. La relación entre el saber de las ciencias de la educación  y la acción educativa, es, de esta manera, una doble relación entre la práctica y el saber  pienso que toda investigación empírica  comprende una negociación permanente   entre sistemas de exigencia casi  incompatibles, en la investigación-acción, los dos momentos, así como el de la investigación y el de la aplicación se encadenan mutuamente digamos que no hay aplicación sino complementariedad dentro de un intercambio reciproco de información.
Creo que tener como tarea “realizar una formación” esta justificado, pero realizar una formación  no es mas que, en el mejor de los casos una ocasión para formarse. Formarse no puede ser más que un trabajo sobre si mismo, libremente imaginado deseando y persiguiendo, realizado a través de medios que se ofrecen o que uno mismo se procura

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